La leche que una madre produce de forma natural es la comida perfecta para su bebé, sin embargo, esto no significa que amamantar sea siempre algo perfecto. La gran mayoría de las madres pueden amamantar físicamente a sus bebés, pero a muchas les resulta extraordinariamente difícil y doloroso. Por eso es importante saber que, muy a menudo, la tarea de amamantar puede aliviarse con solo una o dos técnicas básicas.

Aunque la producción de leche es una de las preocupaciones más básicas que tiene una madre que amamanta, en las indicaciones que añadimos a continuación, hablamos de las formas que existen para hacer que la lactancia materna sea más fácil y más cómoda en general. Dichos consejos están diseñados para ser una ayuda útil para las madres que amamantan y que están teniendo dificultades, como las relacionadas con los pezones agrietados, obtener un buen agarre, o hacer que la experiencia general de amamantar sea más placentera.

La lactancia materna es un momento especial y mágico para las madres y los bebés, por eso es importante procurar evitar que durante ese bello momento, se den incomodidades y problemas que conviertan algo bonito y natural en un motivo de estrés y ansiedad.

 

5 consejos para hacer de la lactancia materna una experiencia inolvidable

 

  • Haz que tu bebé tenga un buen agarre. Si tus pezones se están agrietando, lo más probable es que sea un problema de enganche. Llevar la suficiente cantidad de leche a la boca del bebé es una maniobra difícil. Una de las mejores formas de lograr ese correcto agarre es comprimir o pellizcar ligeramente con los dos primeros dedos sobre la areola mientras se presiona. Esto hará que el pezón y la areola se junten un poco, como un sándwich, y resulte más fácil que el bebé succione.

 

lactancia materna

 

  • Da suaves golpecitos en la mejilla de tu bebé. Por supuesto, no importa la cantidad de leche que haya si el bebé no abre la boca lo suficiente. Afortunadamente, la naturaleza ha dado a los bebés un instinto para ayudarles a abrir la boca de forma lo bastante amplia como para que este proceso natural pueda tener lugar. Si tocas ligeramente la mejilla de tu bebé con el pezón, tu bebé girará muy probablemente la cabeza hacia tu pecho con la boca abierta. Esta apertura solo durará un segundo, por lo que deberás apresurarte a empujar la mama tanto como sea necesario. No te preocupes por llenar demasiado la boca de tu bebé, pues él mismo se irá adecuando a lo que necesite cuando encuentre el agarre.

 

  • Prueba diferentes posiciones. La mayoría de nosotros tiene una imagen concreta en su cerebro de lo que significa la lactancia materna. La madre sostiene a su bebé en brazos sobre su pecho en posición horizontal, con la cabeza vuelta hacia el seno y apoyada sobre el codo de la madre. Esto se conoce comúnmente como la «suspensión de cuna», y es la imagen que tienen la mayoría de las madres en la cabeza cuando imaginan por primera vez la lactancia. Sin embargo, lo que esta imagen no refleja es que para los bebés que padezcan reflujo, por ejemplo, esta posición puede ser difícil y probablemente dolorosa. Para bebés con gases esta posición también es menos que ideal, y el brazo de la madre se puede caer de cansancio si se sostiene así al bebé en cada comida. Por eso existen varios estilos diferentes de posición, y muchos pueden requerir de soportes como la llamada almohada de lactancia.

 

  • Usa tu meñique para cortar la succión. Una vez que tu pequeño consiga engancharse, puedes sentir que está sellado al vacío contra tu pecho. Así que, si necesitas interrumpir la alimentación por alguna razón (como ir al baño o abrir la puerta), o si tu bebé se ha quedado dormido, por ejemplo, puede ser difícil desenganchar de forma suave. Si simplemente retiras al bebé es probable que el pezón sufra, y puede que también las mucosas de tu pequeño/a. Por ello, en lugar de esto, intenta insertar tu dedo pequeño en la esquina de la boca de tu bebé y presionarlo hacia dentro del pezón lo suficiente como para dejar entrar el aire. Esto romperá suavemente el sello sin causar ningún tipo de estrés o incomodidad, ayudando a reducir la irritación y el dolor del pezón.

 

  • Introduce variaciones en tu dieta. Los sabores de los alimentos que comas durante la lactancia llegarán a través de tu leche materna en una forma muy diluida, pero llegarán. Fomentar la familiaridad con muchos perfiles de sabores diferentes mientras tu bebé experimenta su primera relación con la comida, puede ser muy útil más adelante en su vida y crecimiento. Es muy recomendable, en este sentido, comer tantos tipos diferentes de frutas y verduras como sea posible, pues son unos de los grupos de alimentos más beneficiosos para los niños. Asegúrate de llevar un registro de los alimentos que consumes todos los días y las veces que tu bebé expresa incomodidad o exceso de gases, ya que esto te ayudará a eliminar los alimentos que causen malestar a tu bebé más rápidamente.