La alimentación durante los primeros años de vida constituye un elemento vital en el desarrollo infantil. Por ello, la dieta debe ser altamente nutritiva, con el único e importante objetivo de que los niños crezcan sanos y fuertes.

Por eso, a continuación, damos algunas recomendaciones básicas para ser aplicadas durante el primer año de vida.

 

Primer mes

La alimentación debe ser exclusivamente de leche materna con una frecuencia de al menos ocho veces en 24 horas. Es decir, alrededor de cada tres horas. La duración dependerá de la madre y de su hijo, pero se suele demorar 20 minutos en un recién nacido por ambos pechos, es decir, 10 minutos por cada lado.

Recuerda que durante su primer mes de vida, el niño pasará casi todo el tiempo durmiendo y despertará solo cuando tenga hambre de manera habitual.

Si el recién nacido se alimenta con biberón, por las razones que sean, los padres deberán  asegurarse de que la leche sea la más adecuada, en cantidad y en la concentración correcta.

La preparación de la leche alternativa será indicada de forma exclusiva por el pediatra, de acuerdo a los incrementos de peso y talla del niño. Será el especialista quien recomiende la cantidad de leche y, si es necesario, agregue nutrientes adicionales como el azúcar o los cereales.

 

Segundo y tercer mes

Se debe continuar con la lactancia materna, aunque en este período ya se observa mayor esparcimiento y acortamiento de la misma, con una duración que puede llegar a 15 minutos en total cada cuatro horas de forma aproximada. A esta edad, el recién nacido succiona con más fuerza y toma la cantidad de leche adecuada en el promedio de tiempo establecido.

 

Cuarto y quinto mes

La lactancia materna exclusiva sigue siendo la mejor alternativa todavía en esta etapa. En general, se logran horarios cada cuatro horas en el día y cada ocho horas en la noche, con un promedio de siete tomas en 24 horas y con menos de 15 minutos en total.

Si el niño todavía está con la lactancia no te preocupes, ya que es normal y muy sano. Recuerda que la preparación de la leche alternativa puede ser indicada será indicada por tu pediatra o matrona, de acuerdo a los incrementos de peso y talla del niño.

El inicio de los alimentos sólidos está supeditado a ciertos signos de madurez como son el control del tronco (mantenerse erguido al sentarse con apoyo), salivación excesiva (desarrollo de las glándulas salivales) y/o interés del niño por la comida de otros.

Un niño de cinco meses alimentado con lactancia artificial ya puede empezar a comer. En cambio, un niño alimentado con pecho no debería iniciar los sólidos hasta los seis meses.

 

Sexto y séptimo mes

Se recomienda la leche materna tres veces al día, ya que ésta sigue siendo el principal soporte, con un promedio de duración de las tomas menor a 15 minutos. Si esto no es posible porque se han agotado los esfuerzos razonables, se aconseja la leche descremada o la leche entera fortificada con hierro. El horario recomendado para las tomas es, las 7, las 11, las 15, las 19 y las 23 horas, aunque siempre dependerá de la mamá y de su pequeño/a. A esta edad se puede iniciar el almuerzo a partir de las 11 de la mañana, aproximadamente, que consistirá en puré con verduras y carne de pollo, o pavo o vacuno (20 gramos), que en total no debería ser superior a los 250 gramos. El postre puede ser una fruta cruda preparada en forma de papilla. Recuerda que el almuerzo reemplaza a la toma que se daba en este horario (11 de la mañana).

Si el bebé ya no recibe leche materna, puede indicársele agua o jugos naturales sin excederse de los 100 milímetros al día.

 

Ocho a diez meses

Si el bebé ya ha empezado con las comidas sólidas, a las 11 de la mañana el niño debería recibir su almuerzo, que puede consistir en un puré de verduras con carne (pollo, pavo o vacuno), plato que no debe ser superior a los 250 gramos en total. También se pueden agregar legumbres licuadas (lentejas, garbanzos o habas).

El postre puede ser puré de fruta cruda. A esta edad ya se puede incorporar la cena, la cual se debe iniciar unos dos meses después del almuerzo. Ésta reemplazará la toma de las 19 horas y se puede componer de los mismos alimentos que los del almuerzo.

 

Once y doce meses

Si el niño aún recibe lactancia materna como única fuente de leche, se puede hacer que ésta siga siendo todavía el principal soporte de nutrientes. Eso sí, se recomienda ordenar las tomas cada ocho horas, aproximadamente.

Respecto de los sólidos, el niño puede recibir dos comidas al día en los siguientes horarios orientativos: almuerzo (11 de la mañana) y cena (19 horas). Para ambas comidas se debe ofrecer el alimento molido con tenedor o, si se rechaza, mantener el puré más molido o licuado.

Es recomendable no suministrar huevo ni pescado durante el primer año de vida, con el objetivo de evitar intolerancias o reacciones alérgicas.