Los bebés tienden a vomitar de forma bastante frecuente, de modo que lo importante en estos casos es saber diferenciar cuándo se trata de algo normal y cuándo no. Por ejemplo, es completamente normal que después de alimentar a un bebé, en ocasiones, éste devuelva una pequeña cantidad de lo que haya comido, produciéndose no tanto un vómito como sí una especie de regurgitación provocada por haber comido demasiado o muy deprisa y con mucho aire. Sin embargo, cuando el vómito se presenta abundante y frecuente, es probable que ya no se trate de algo tan común y que pueda ser signo de algún trastorno.

 

El reflujo

El reflujo es una de las enfermedades causantes del vómito frecuente y se debe a un cierre defectuoso del esfínter del esófago, lo que ocasiona que la comida vuelva a salir ocasionando el vómito. Este tipo de trastorno puede persistir durante varios meses.

En este caso se aconseja, además de consultar con el especialista, acostar al pequeño semi-incorporado y retrasar el momento de dormir a por lo menos 30 minutos después de cada toma.

 

Otros trastornos menos comunes

Existen trastornos que también suelen provocar vómitos, como la gastroenteritis, la intolerancia a ciertos alimentos, la rinitis o la congestión nasal, que impide digerir bien cada toma. Cada una de estas afecciones tiene un tratamiento concreto que debe ser prescrito siempre por el pediatra, no hagas caso nunca de “remedios de la abuela” ya que podría ser muy peligroso para el bebé.

 

Consejos para evitar vómitos comunes

Para ayudar a aminorar los episodios de vómito de tu bebé, y como complemento a las indicaciones del médico, te damos los siguientes consejos:

  • No retrases su hora de comer. Si esperas a que el bebé tenga ya demasiada hambre, comerá más deprisa y tomará más aire, siendo en consecuencia más fácil que vomite.
  • No tengas prisa por diversificarle la dieta. Si los vómitos se deben a la inmadurez de su aparato digestivo al darle alimentos nuevos empeorarás la situación. Espera las indicaciones que te dé el pediatra para iniciarlo en la alimentación diversificada y sólida.
  • Trata de hacerlo eructar antes de dormir, no acuestes al bebé nunca recién comido ya que será más probable que genere gases y le resulte el doble de complicado expulsarlos después, creándose malestar.
  • Ten paciencia con tu bebé y piensa que con el tiempo y una alimentación adecuada para cada etapa, su sistema digestivo se hará menos sensible y los episodios de vómito solo serán ya cosa del pasado.